Los profesores de matemáticas piden cambios en la educación de esta materia
Mayor reconocimiento social del profesor, menos alumnos por clase, firma de un pacto no ideologizado por la educación, subir el porcentaje de alumnos con más nivel y reflexionar sobre el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías en el aula. Estos son los cambios que plantean los profesores de matemáticas, según han informado durante un seminario celebrado en el marco del Centenario de la Real Sociedad Matemática Española (RSME).
Representantes de la RSME y la Federación Española de Sociedades de
Profesores de Matemáticas (FESPM) han celebrado entre el 20 y el 23 de octubre
un seminario en Albacete para trazar las líneas maestras de lo que debe ser una
enseñanza matemática de calidad. El encuentro es una de las actividades del
centésimo aniversario de la fundación de la RSME.
Los alrededor de 40 asistentes destacaron la importancia de la formación en
matemáticas en todas las etapas “porque es fundamental en el desarrollo del
pensamiento”, además de por sus aplicaciones prácticas.
Los docentes reivindicaron su propia figura: “El factor de calidad más
importante es el reconocimiento social de la labor del profesorado. Debe ser una
figura respetada por las familias y las administraciones, pero no puede recaer
sobre él toda la responsabilidad de la educación”. También recuerdan que el
trabajo del profesor “es mucho más que las horas lectivas”.
Igualmente, subrayan la necesidad de una atención personalizada del alumnado,
lo que implica menos alumnos por clase. “Es imprescindible bajar la ratio
profesor/alumno para poder atender a la diversidad de un aula en sus ritmos de
aprendizaje. Las ratios muy elevadas y la insuficiencia horaria no permiten una
atención personalizada”.
El trabajo del profesor “es mucho más que las horas lectivas”. Imagen: Peteselfchoos
El gasto en educación es inversión
Los profesores apuntan que el gasto en educación “es en realidad una
inversión”, incluso en momentos de crisis como el actual, y piden “un pacto por
la educación que no encalle en temas con fuertes componentes ideológicos”.
Además, demandan un modelo educativo más dialogante, en el que no se tomen
decisiones “precipitadas ni marcadas esencialmente por las necesidades
presupuestarias”. En cuanto a la optimización de los recursos, piden una
reflexión acerca de si la cantidad de grados y universidades es excesiva o no, y
sobre los procedimientos de evaluación. También consideran que la Formación
Profesional “debe potenciarse realmente, no solo de palabra”.
Los profesores de matemáticas tampoco ignoran que las tecnologías de la
información, y en particular las redes sociales, son “parte habitual de la vida
de sus alumnos”, pero proponen reflexionar sobre su uso didáctico más
adecuado.
Utilizar Facebook o Tuenti no significa saber aprovechar su potencial. Los
alumnos no aplican estas tecnologías en el ámbito educativo, y “adolecen de
algunas competencias básicas que se les presupondría”, por lo que el profesor
debe guiarles y fomentar su pensamiento crítico.
En cuanto a las ventajas de las nuevas tecnologías, los profesores señalan la
motivación extra que pueden suponer para los alumnos, la autonomía y nuevas
formas de pensamiento que les aporta, así como la inmediatez y el dinamismo o
feedback inmediato.
Para mejorar el acceso a estas tecnologías, los profesores proponen a la
administración completar el proceso de adquisición de la dotación informática
básica, plantear la flexibilidad de los horarios en los centros y revisar el
currículum de matemáticas, añadiendo nuevos contenidos como algoritmia o
matemática discreta.
Empujar a los mejores en horario lectivo
Otro de los retos es elevar la proporción de alumnos de mayor nivel. Según el
informe PISA, el porcentaje de estos alumnos en España es del 8%, frente al 13%
de media en los países de la OCDE. Los profesores denuncian que la acumulación
de los resultados en niveles medios no supone que nuestro sistema sea más
equitativo, “sino más mediocre”.
Los “talentos matemáticos” se deben detectar lo antes posible, idealmente en
los niveles de Infantil y Primaria. Se apuesta por el modelo del profesor “de
profundización”. Al igual que los alumnos con dificultades deben contar con un
profesor de apoyo, el profesor de profundización impulsaría a los alumnos con
mayores capacidades. Y, además, lo haría dentro del horario lectivo
habitual.
“En este siglo XXI –concluyen- esa necesidad de alta capacitación en
matemáticas se ha incrementado porque son muchas las profesiones que lo
necesitan”. El currículum actual, en la enseñanza de las matemáticas, “no es
malo en sí mismo”, pero tampoco es perfecto. Su falta de claridad “lleva a
diversas interpretaciones y a un uso diferente, cuando no personal”.
Esto puede ser problemático en Infantil y Primaria, donde la metodología
–definida en el currículum– es fundamental. En Secundaria el problema está
centrado en que los contenidos actuales “no son realistas en secundaria y
tampoco se cumplen suficientemente, excepto en segundo de Bachillerato”. Y
respecto al libro de texto, “no debe encorsetar la labor del docente.
Extraído de
http://www.agenciasinc.es/