viernes, 5 de diciembre de 2008

Algunos males del sistema educativo

Artículo de opinión de Ricardo Moreno Castillo, publicado en el diario El Pais el 3 de diciembre de 2008.
"Un nuevo curso en marcha y estamos como siempre. Desde la reforma introducida por la LOGSE, el sistema educativo español hace agua por todas partes. Los resultados del Informe PISA, que sólo han sorprendido a los ingenuos, han dado lugar a reacciones de lo más variopintas. Unos opinan que la causa del bajo nivel de nuestros estudiantes está en los cambios sociales, otros en la presencia de inmigrantes, y otros en la poca formación de los padres. También hay quienes dicen que la cosa no es para tanto, y que las estadísticas hay que interpretarlas correctamente. Pero a nuestras autoridades educativas ni se les ocurre la posibilidad de que la causa pueda estar en una mala ley de educación. Eso ni se plantea, y la ministra del ramo sigue cantando alegremente las excelencias de nuestro sistema educativo.Se mantiene un modelo que concede el título de la ESO a muchos alumnos que no lo merecenSi los docentes hiciéramos una huelga de celo, el sistema se hundiríaEn primer lugar, ¿hacían falta los datos que ofrece PISA para caer en la cuenta de nuestro desastre educativo? ¿Es que no podemos ver la realidad hasta que esté traducida en gráficos y estadísticas? Que la famosa reforma educativa es un disparate ya lo llevamos denunciando algunos desde hace tiempo (lo cual, por cierto, nos ha valido ser tachados de fascistas, reaccionarios y nostálgicos), y para ver por qué es un disparate no hace falta esperar a que los sociólogos de la educación hagan sus estadísticas y sus informes, basta con abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor. Hay alumnos que acaban la Educación Secundaria Obligatoria incapaces de operar con decimales, ignorando cosas muy elementales de geometría y, en algunos casos, sin saber la tabla de multiplicar. En muchas facultades de ciencias ha sido necesario implantar un curso cero, que se imparte durante septiembre, donde se enseñan cosas que antes sabía un estudiante corriente de 14 años. Y la necesidad de este curso no se hizo patente hasta que llegaron los primeros alumnos procedentes de la reforma. Que el gamberrismo e indisciplina en los institutos ha subido hasta cotas alarmantes es algo del dominio público, y del descenso del nivel de madurez de nuestros estudiantes hay pruebas cotidianas. No es insólito que un "niño" vaya con su mamá a matricularse a la facultad, y se han dado casos de alumnos universitarios que han ido a la revisión de notas acompañados de sus padres.A propósito de todo esto, importa mucho aclarar una cosa: si los efectos de la reforma no son todavía más desastrosos, es porque los profesores hacemos bastante más de lo que estrictamente nos corresponde. E importa mucho aclararlo porque también hay quienes achacan el fracaso de nuestro sistema educativo a los profesores, "que no hemos sabido adecuar nuestra mentalidad a los nuevos tiem-pos". Los alumnos llegan a primero de Bachillerato (que empieza a los 16 años) ignorando cosas muy básicas pero indispensables para seguir las asignaturas de matemáticas, de física o de latín. Cumpliendo rigurosamente con su deber, un profesor tendría que empezar por el primer tema dando por sabido todo lo que los alumnos tienen que saber. Y los que no lo sepan, que reclamen a la señora ministra, que mantiene un sistema que concede el título de ESO a quien no lo merece. Afortunadamente, no hacemos así, porque los alumnos son las víctimas del sistema, no los culpables, y casi todos los profesores, la mayoría de los que conozco, nos demoramos explicando cosas que no tenemos ya obligación de explicar en ese nivel. Si los docentes hiciéramos una huelga de celo, cumpliendo estrictamente con nuestras obligaciones pero nada más, el sistema se hundiría en muy poco tiempo. Por ello, la acusación de que los profesores no hemos sabido adaptarnos a la nueva situación es injusta, y también interesada, porque es otra manera más de los creadores del despropósito de eludir sus responsabilidades.Los defensores de nuestro sistema educativo sostienen que, con todos sus defectos, consiguió escolarizar a todo el mundo. ¿Pero qué significa realmente "escolarizar"? Si un alumno está en una clase sin enterarse de nada porque tiene varias asignaturas pendientes del curso anterior, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Quien llega al final de la ESO redactando mal y escribiendo con faltas de ortografía, no ha estado escolarizado, ha estado encerrado entre cuatro paredes. Si un alumno quiere aprender pero no puede porque se lo impide el alboroto de algunos compañeros, no está escolarizado, está encerrado entre cuatro paredes. Un lugar donde los derechos de quienes no quieren aprender están más protegidos que los derechos de quienes sí quieren, sólo por abuso de lenguaje puede ser llamado centro educativo. Con el sistema anterior los alumnos acababan la enseñanza obligatoria a los 14 años mejor preparados que los que la acaban hoy a los 16. Que en más años se obtengan peores resultados no parece precisamente un progreso.Entre los males de nuestro sistema está la proliferación de unos presuntos expertos que, usando un discurso vacío, están empeñados en intervenir en la formación de los docentes. Algunos de ellos son profesores de instituto que han desertado de la tiza y aprendido la jerga pedagógica. No tienen que soportar las consecuencias de sus propias teorías, pero se dedican a dar cursillos a quienes seguimos dando clase. Otros son profesores de Universidad, que jamás han trabajado con alumnos de instituto, pero que hablan del tema con el atrevimiento propio de los ignorantes. Veamos algunos ejemplos. Hay un sesudo pedagogo que afirmó que señalar en color rojo las faltas de un examen era vejatorio para el alumno, y otro, más inteligente todavía, que llegó a decir que los fallos y los errores son una expresión de la creatividad de los niños. Sé de otro, de la Universidad de Murcia, que impartiendo una conferencia sobre la educación para la salud, dijo que un profesor de física también podía contribuir a este aprendizaje estudiando en clase la elasticidad de los preservativos. En la Universidad de La Coruña hay quien sostiene que los profesores no entienden el mundo en que viven por culpa de su subconsciente franquista, y en la de Málaga quien afirma que, como los alumnos están colocados en hileras, la comunicación horizontal entre ellos es imposible. Este mismo profesor se lamenta de que el saber, en la escuela, es jerárquico y circula de modo descendente (¿qué tendrá de malo que los conocimientos vayan desde quien los tiene hacia quienes carecen de ellos?). Otro, éste de la Universidad de Zaragoza, dice que el profesor no debe ser quien detenta la ciencia dentro del aula, ni que su objetivo sea transmitirla a los alumnos (¿quién ha de "detentar" entonces la ciencia dentro del aula?).Hay un profesor de la Universidad de Valencia que critica a los profesores porque no leemos libros de pedagogía. Esto es una buena noticia: mientras los docentes sigamos reacios a estas necedades, la cosa todavía puede tener solución. Pero lo más grave es que, si no se pone pronto remedio, de estos ignorantes dependerá aún más que hasta ahora la formación de los futuros profesores. Dios nos coja confesados."
Ricardo Moreno Castillo es profesor de instituto y autor de De la buena y la mala educación (Los Libros del Lince).

La SCMPM no se identifica necesariamente con las opiniones y/o artículos publicados en este blog.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo si me identifico totalmente con este artículo.

Anónimo dijo...

leerlo entero

y las afirmaciones de los otros

a ver si hay algo de debate eah sino nos va a pasar com al Pais y al Mundo que tenemos que cerrar

Anónimo dijo...


otroxotro

Vicente Pascual dijo...

Este artículo es el vicio concreto del pedagogo o mas bien del pedagogo viciosillo: lo particular " yo tuve un mal profesor" se hace general "cambiemos el sistema educativo" y de eso saco tajada pues cambiar un caso particular no da dividendos pero reformar toda la educación si.

Anónimo dijo...

la Espe se apunta no sabemos si también estará por eliminar asignaturas inutiles y si quiere decir lo que dice
leer

Anónimo dijo...

Hola buenas tardes, mi interés me llevó a buscar en la web y encontré este link. Me identifico con lo que se ha escrito. Hoy indirectamente viví una circunstancia que me hicieron reflexionar. Paso a comentarles: Hoy en mi ciudad llovió mucho y cayó granizo. Somos docentes que trabajamos en zona rural. Por nuestro grupo de Whats, estas compañeras iban subiendo fotos con grandes sonrisas como era la odisea que iban viviendo para llegar a sus hogares en la ciudad. Personalmente , admirables.
Veo un comentario, era del Director del establecimiento: Chicas ahora son docentes!
Esto me hizo reflexionar: quien dice que se debe pasar por un Camel trophi para ser docentes?
Como se cae en el vicio del sistema educativo? pues considero que éstas cuestiones te hacen caer en ello. La DESMOTIVACIÓN.
Se habla de muchos errores de los profesores y si, los hay. Se puede reveer, se puede! pero tambien hay un cuestión muy grande que empuja al docente. Es una mano invisible que te lleva al vicio del sistema educativo. Es esto mismo, hacer estos comentarios que no hacen más que denotar la ausencia de la calidad humana. Sino empezamos por ahi, no podemos pedir peras al olmo. El reconocimiento, el apoyo de los directivos en muchas de las circunstancias colabora, enriquece el sistema educativo. Personalmente considero que cuando se trabaja en forma conjunta, solidaria, sin egos, mucho se puede lograr. Porque seguramente hay colegas de gran potencial, demoslé el lugar, el valor, la escucha y empecemos desde cada Escuela hacer modificaciones y cada uno se responsabilice.
Se escucha cada inoperante, incompetente que no entiendo más que una cosa: quien te pagó? que amigo funcionario te puso en ese lugar? señalando a dedo a una persona, no vamos a llegar a ningun lado. Mi intensión no es ser negativa, deseo que constructivamente tomemos cuestiones que sean positivas del pasado y las adaptemos a nuestra actualidad para fortalecer el futuro. Saludos